martes, 30 de octubre de 2007

El camuflaje del terrorismo

Los vínculos del gobierno actual con la banda terrorista ETA han sido uno de los temas que más polémica ha causado durante la legislatura de Rodríguez Zapatero. Nuestro gobierno se adentró en el peligroso territorio que supone la negociación con terroristas a cambio de obtener la simpatía de ciertos sectores sociales y despreciando a su vez a las víctimas del terrorismo.
Cuando en 2005 Zapatero comenzara las primeras negociaciones, de las cuales ninguna llegó a ser fructífera, muchos españoles ya se oponían a estos diálogos que ni siquiera figuraron en un primer momento en la campaña socialista. Pero desgraciadamente, esto no hizo recapacitar a nuestro actual presidente, que siguió adelante con sus planes “antiterroristas” basados principalmente en el sometimiento a la banda. De todos modos, la gota que colmaría el vaso estaba por caer.

Cercanas ya las elecciones locales vascas, el partido socialista con una venda en los ojos no pediría la ilegalización total de ANV, se conformaría con la ilegalización de la mitad de sus listas. El resultado; Asociación Nacionalista Vasca obtendría numerosos concejales en diversos ayuntamientos del territorio, siendo la fuerza política más votada en los 31 municipios donde se había podido presentar.

Y es que no se puede dar opciones a un partido que a día de hoy no condena el terrorismo de ETA, y que se trata de una mera transformación de lo que la antigua Batasuna suponía para el estado. El brazo político de la organización terrorista vuelve, pero con otro nombre.

Las concesiones políticas a mi juicio no son viables mientras exista una pistola encima de la mesa, solamente se consensuarían cuando la izquierda radical vasca dejara de lado a ETA y a sus pistoleros y se dignara a dialogar diplomáticamente.

A estas alturas solamente cabe esperar que el PSOE mantenga vigilada a ANV porque la Ley de Partidos señor Zapatero, todavía existe.

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