La estrella azulgrana no pasa por uno de sus grandes momentos, y esto es un hecho. Las estadísticas nos dan cuenta de ello. Esta temporada el jugador brasileño solamente ha disputado la mitad de los partidos jugados por el club, en los cuales ha marcado sólo dos goles, ambos en el mismo partido. Pero ahí no acaban las cifras. En la Champions League ha jugado 236 minutos en la primera fase, en los que ni siquiera ha olido puerta.
Por otra banda las acciones del futbolista, aunque bonitas y con clase muchas de ellas, no llegan a alcanzar la efectividad que en la temporada pasada deslumbró al público español.
Optar por el lado positivo de la situación y decir que el jugador azulgrana no está en crisis sería aventurarse en el cinismo. Los resultados hablan por sí mismos. A estas alturas el brasileño ya había jugado 900 minutos y marcado siete goles en liga.
Los motivos de su crisis no están del todo claros, unos la achacan a cuestiones físicas mientras que otros optan por decir que la situación psicológica del jugador no está en su mejor momento. Las declaraciones por parte de sus compañeros son claras; "Está aburrido. Se siente poco querido por los que le entronizaron y le ha incomodado el fichaje de Henry". Su principal déficit moral es la falta de motivación. A mi juicio, esto no es de extrañar cuando gente que alababa y ensalzaba tu juego tiempo atrás, deja de ofrecerte, de la noche a la mañana, su apoyo.
Hace falta, por tanto que el club como los jugadores apoyen unánimemente al futbolista para intentar de esta manera que este gran jugador pueda recuperar deportiva y personalmente su forma y volver así a ser considerado como el futbolista que fue hace unos cuantos meses. Ese futbolista que ayudó a conseguir el famoso doblete de liga y Champions y que además auxilió la economía del club, ayudando a ingresar en los dos últimos años la friolera de 300 millones de euros.
Tal y como está el panorama actual, la pregunta que nos hacemos todos es si Ronaldinho será el siguiente jugador en salir del club. Yo creo que no, aunque el jugador no esté contento en el Barça y alrededores, los rumores sobre un posible traspaso al Chelsea no consiguen cuajar lo suficiente. Son rumores que si nadie remedia pueden convertirse en realidad.
Esperemos pues, pacientemente a que la situación de un giro de 180 grados y Ronaldinho deje de estar en el ojo del huracán.
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